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Nací en el barrio, vivo y viviré en esta hermosa zona de Campana, las mas alta sobre el nivel del Rio Paraná, a tres cuadras del Hospital San José, la barranca, donde dicen habitaban el viejo de los 7 trapos, la “mandataria” Estefanía, con mas perritos en su casa que Nicole Neumann, entre otras personalidades.
Si bien mi viejo no laburo nunca en la Esso, ese fue mi club en toda mi niñez, con los amigos, con muy poquitos años nos podíamos ir caminando, todo era más seguro, distinto al hoy. Pagaba la cuota, tenía mi carnet, no gozaba los beneficios de familiares de la empresa, es decir, debería haber algún Estatuto que lo hacía funcionar como Club. Jugábamos partidos de horas enteras en la cancha grande, justito donde esta semana aterrizo con su helicóptero que esperaban por si acaso cientos de ambulancias y demás, el flamante y creído gobernador de la provincia. Jugábamos no 11 contra 11, éramos como 15 contra 15, mas. Los sábados por la tarde, los excelentes y famosos retirados jugadores campanenses, jugaban el gran partido semanal.
Pionero también en el tenis, dos canchas impecables de polvo de ladrillo, con una silla para los umpires, canchero que iba y venía tirando de las sogas el emparejador del nivel, había que anotarse, ahí jugué el único partido de tenis de mi vida, perdí 6-4, 6-2, bastante bien.
La pileta era hermosa, una olímpica de lujo, hasta venían a competir de distintos clubes del país, era una de las mejores de la ciudad sino la mejor.
El buffete de los Cabrera, el Restaurante de los Ravera, las plantas de moras que nos comíamos caliente en pleno verano, la escalera, esa imponente e interminable escalera que bajaba los casi 30 metros de altura que les comentaba, las letras, jugábamos aventuras en las letras Esso, que daban a la destilería.
La cancha de básquet estaba ya abandonada, mi viejo dice siempre años antes, cuando el era chico, se jugaban partidos de básquet de la liga campanense con los cracks de entonces, corrían allí los 50, Argentina era Campeón Mundial y el Basquet estaba en auge y esplendor en todo el país.
Por ese club tan lindo supongo la Municipalidad corto y contemplo la división de las calles que lo rodean, Saavedra, Alberti, Jean Jaures, se interrumpían e interrumpen, seguían y siguen después de las instalaciones, pueden verse en el maps.

Pasaron los años, se fue tapando con tierra la pileta después de varias Fiestas del Automovil, hermosas también en esos años, se sacaron los arcos de futbol, se dejaron sin polvo de ladrillos las canchas de tenis, no apareció mas el Flaco Gambelli, el gran profesor de gimnasia de todo el club, ad honorem nos hacía hacer ejercicio, tengo la suerte de seguir viéndolo.
De a poco el Club se transformó en oficina de la Esso, fui contador de la persona responsable. La Esso se fue del país, vino Carlos Bulgheroni, en una operación un poquito rara de la que no voy a hablar, y definitivamente el club, por el que paso todos los días, varias veces por dia, se transformó en una suerte de campus empresarial, oficina , bunker, o como quiera llamársele, de lo que ahora llaman Axxion Energy.

Si voy a hablar de lo que nos ha contaminado y contamina esa destilería que nadie comprende hoy como esta en plena ciudad? No. Si voy a hablar de las calles que jamas se devolvieron cuando se quedaron con mi club? No, tampoco con las que se quedaron por el Rio Paraná. Solamente voy a decir que EXTRAÑO MUCHO EL CLUB ESSO.

Dejo mi mail para las críticas, constructivas o no tanto, todas serán bien consideradas, o por si quieren hable sobre algún tema, o directamente de ninguno (risas) boscoso.marcelo@gmail.com (teléfono no uso).-

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