De todo un poco
Marcelo Boscoso

Tanques Alemanes de Múnich invaden Paris
  • Tanques Alemanes de Múnich invaden Paris

    Arte contemporáneo

Siempre se vuelve a la ciudad luz, pero el domingo no hubo festejos en el Parque de los Príncipes, la Champions se fue de Lisboa nuevamente para Alemania, nuevamente para el Bayern, y el PSG, que jugó su primera final del mejor torneo de clubes de Europa, se quedó sin la orejona.
Opinión, que había anticipado los finalistas, apostaba por el equipo galo, y con las ganas se quedó.  No fue un partidazo, fue un gran partido, donde de alguna manera se vió lo que se preveía ver,  el ritmo incesante del equipo alemán, después de los lapidarios 8 goles a la vida del Barcelona, y la pelota mejor tratada, con las pausas y por qué no los lujos del París.

Justo el 1 a 0? ¿Podría haber merecido mejor suerte el equipo de Francia? Considero que no, que una final así con solamente un tanto, con situaciones de gol equilibradas para ambos, el que concretó pegó y llevó.

El partido comenzó con un equipo alemán imponiendo ritmo y despliegue en los primeros minutos pero luego el París equilibró y hasta inclinó la cancha después de los 10.  A los 18 minutos Neymar tuvo un mano a mano, tres después Lewandowsky pegó un tiro en el palo, Di María tuvo ocasión clara por sobre el travesaño, sobre el cierre Mbappé desperdició clarísima oportunidad.  Párrafo aparte para Mbappé, a quien tuve la suerte de ver correr con su potencia física en un campo de juego, una de las revelaciones y figuras del Mundial de Rusia, arrastre, velocidad, fuerza, pero un balde en la cabeza, se pierde las más fáciles !!!

Y a los 15 del segundo, que había comenzado sin tantas ocasiones, llegó el único gol de la final. Con el cabezazo de Kingsley Coman.  París fue a partir de allí en busca del empate, no desesperadamente, le faltó compañía clara en el área a Neymar, los cambios no aportaron alternativas claras (Wanda Nara no ingresó) y con el correr de los minutos, finalmente el Bayern, terminó, como decía al comienzo, justificando su nueva conquista.

Por lo menos, así lo veo yo, decía Guillermo Nimo, como se extraña el loco ese. Lo que sí, saliendo del estadio, tuve la suerte de encontrarme ya no con Gemma Soler ni Christian Martin, sino con el  periodista deportivo Valentín Boscoso, sobrino casualmente, que no se tampoco como llegó a Lisboa pero que dejó esta impresión de la final: 
La final de la Champions League 2020 prometía un lindo partido. Allí en Lisboa se enfrentaban dos equipos que tienen como prioridad el arco de enfrente, la máquina alemana contra los nuevos ricos de París, Bayern Múnich vs. París Saint-Germain.
Los de Múnich llegaban invictos, ganando los 10 partidos que habían disputado y, a excepción de un partido, siempre convirtiendo 3 goles o más. ¿Cuál era el antídoto para hacer caer a semejante bestia? Todo indicaba que una noche iluminada de Neymar y Mbappé. Pero no fue el caso.

Los alemanes neutralizaron a las dos estrellas del PSG y los parisinos no supieron qué hacer. Bayern asfixió a los franceses en el campo de ellos, hicieron volar la pelota con una precisión extraordinaria y después de varias llegadas, el gol cayó en el ST. Increíblemente el tanto que decantó la final lo hizo Kingsley Coman, un chico que salió de las inferiores del París y se fue libre. Sí, al equipo que gastó miles de millones de dólares para reforzar su equipo, le arrebató la Champions un joven surgido de sus canteras. A partir de allí, el partido se durmió. Un equipo hecho y derecho como el Bayern Múnich cortó el juego cada dos segundos y cuidó la pelota cuando tuvo la posesión. Bloqueó a los delanteros del PSG y no hubo solución alguna para dar vuelta la historia. Neymar y Mbappé no tuvieron una buena noche en Lisboa, y el sueño de la primera Champions para el París se esfumó. Bayern Múnich se coronó merecidamente campeón de esta Liga de Campeones Europea. De punta a punta, invicto y goleando en casi todos sus partidos, llegó a su sexta corona. ¿Una figura? No la hay, en la máquina alemana lo son TODOS.

Y para terminar, esta final nos dejó un mensaje muy claro: lo colectivo siempre hará más diferencia que lo individual. Esta vez, el fútbol fue justo. Valentín Boscoso

Y nos volvemos al país, Messi revolucinó el mundo y opacó a la pandemia con su salida del Barsa, pero a nuestro país no lo podemos dejar solo, el encierro no sigue dando ningún resultado positivo mas que mayor pobreza diaria, el presidente congela intempestivamente mas tarifas, internet, tele, cable, avanzan la cantidad de engripados,  la ilegal reforma de la ilegal justicia, Berni sigue inventando sobre el asesinato de otro argentino mientras arma su propio partido político, y atenzaooo, vuelve a aparecer nuestro queridísimo amigo, el bañero de Lomas ¡!!


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