Terminó el juicio mediático, el fallo, por demás de esperado, publicitado y televisado, recontravendido terminado el mundial, culminó casi como el clamor popular hasta a los jueces presionaba.

La condena de los ocho adolescentes de Zárate resultó aún más dura que la condena a los miembros de la Junta Militar, hoy recordada precisamente en un film lleno de falacias, 1985. Fallo, recordemos, que solamente condenó a prisión perpetua a 5 de los 9 militares asesinos, los que serían pocos años después, indultados por Menem, Carlos, el que imaginaba una convertibilidad eterna como imaginaba su juventud.

No recuerdo un fallo tan duro en la historia de la justicia argentina. Si recordamos el otro famoso, el crimen de Cabezas, los asesinos del periodista, defendidos precisamente por el abogado Burlando, quedaron todos en pocos años en libertad, si mal no recuerdo uno de ellos murió en prisión.
Que triste la muerte de un chico tan solo por una pelea en un boliche , pelea que podría definirse técnicamente como nefasto desenlace de homicidio en riña. Que dolor comprensible el de los padres, ponerse en su lugar, los de Baez , su hijo muerto, los de los chicos de Zárate, no ver nunca más a sus hijos , la mayoría de ellos, libres. Que triste el futuro de los condenados, independientemente de posibles modificaciones en Casación de la Provincia o en la Suprema Corte, tal vez en unos años. Ser encerrados de chicos, salir de grandes tres de ellos, de casi viejos . ¿Son asesinos esos chicos? ¿Tenían antecedentes penales? De verdad quisieron matar, planearon matar?

Como duele lo del bebé asesinado por esos dos engendros de género femenino, uno de los cuales inclusive está reclamando una cosmética de sexo.

Como duele todo, la guerra que sigue en Ucrania, con ese loco enfermo de Zelensky, cumpliendo exactamente un años. Como duele el terremoto de Turquía y Siria, cuantos miles y miles de muertos y desamparados en ambos lados, en ambos frentes.

Pensar, que luego perdemos tiempo y vida, por apenas meras nimiedades cuando existe tanto pero tanto dolor.


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