Días pasados, en horas de la madrugada, una seguidilla de robos de medidores de gas volvió a golpear a vecinos de distintos sectores de la ciudad, especialmente en los barrios Lubo, La Esperanza y zonas cercanas. La sustracción de partes completas de las instalaciones de Gas Ban dejó a varias viviendas sin servicio y generó preocupación por los riesgos que implica la manipulación indebida de este tipo de artefactos.

Según denunciaron los damnificados, los delincuentes se estarían llevando componentes de bronce del medidor, aunque en esa maniobra provocan daños importantes en toda la instalación domiciliaria. El costo de reparación recae íntegramente en los usuarios, que deben reponer reguladores, válvulas y otros elementos esenciales para restablecer el suministro.

Vecinos de la calle Giobellini —a solo dos cuadras del destacamento policial— relataron que descubrieron los robos al amanecer, cuando advirtieron que no tenían gas. Al reunirse en una casa de venta de artefactos y repuestos, comprendieron que habían sido víctimas del mismo hecho: cada uno debió desembolsar alrededor de 85 mil pesos únicamente para reponer el regulador, sin contar otros daños adicionales.

La reiteración de estos episodios alimenta el malestar en la comunidad, que reclama mayor presencia policial durante la noche y controles que desalienten la comercialización de piezas robadas. Mientras tanto, las denuncias siguen acumulándose en distintas zonas de la ciudad, donde el robo de medidores se ha convertido en una modalidad delictiva cada vez más frecuente.