El proceso de licitación de la Ruta Nacional 9, en el marco del nuevo programa de la Red Federal de Concesiones, avanza sin contemplar mejoras fundamentales para Campana, pese a que el tramo entre el puerto local y Rosario será uno de los primeros en pasar a manos privadas.

El Gobierno nacional lanzó la concesión de los llamados Tramo Portuario Sur y Tramo Portuario Norte, que abarcan el corredor entre el kilómetro 72,9 —a la altura del puerto de Campana— y el límite con Santa Fe, y suman más de 214 kilómetros incluyendo la conexión con la A-008 en Rosario. El contrato tendrá una duración de 20 años y prevé obras iniciales, obligatorias y de rehabilitación, pero omite intervenciones centrales para la región.

Sin embargo, medios de la región han señalado que el pliego solo contemplaría la construcción de nuevas colectoras en un sector reducido, entre los kilómetros 93 y 108,5. No incluyendo la reparación de las colectoras existentes, muchas de ellas deterioradas, con banquinas descalzadas y tramos completamente a oscuras, especialmente en los accesos a Campana.

Tampoco aparecen proyectadas obras para mejorar o reconstruir puentes y empalmes claves. Entre ellos, el rulo del acceso a San Felipe, una conexión estratégica para miles de automovilistas y camiones que hoy presenta un desgaste visible y problemas en su estructura vial. Lo mismo ocurre con otros accesos a localidades del corredor, cuyo deterioro fue advertido reiteradamente por usuarios y autoridades locales.

Campana queda expuesta en un corredor de alto tránsito

La Ruta 9, una de las principales arterias productivas del país, concentra un flujo constante de camiones y vehículos particulares. Actualmente se encuentra bajo administración estatal de Corredores Viales S.A., pero esa gestión será reemplazada progresivamente por operadores privados como parte de un esquema nacional que prevé concesionar más de 9.100 kilómetros de rutas, divididos en tres etapas.

Aunque el Gobierno sostiene que el objetivo es modernizar y garantizar el mantenimiento de los corredores estratégicos, el diseño de esta primera licitación deja un vacío de inversión justamente en los puntos más críticos para Campana, donde el deterioro de accesos y colectoras impacta de forma directa en la seguridad vial y en la movilidad de los barrios cercanos a la autopista.

Organizaciones vecinales y referentes de la zona vienen señalando que, sin una intervención integral, la concesión podría agravar problemas ya instalados: falta de iluminación, accesos deteriorados y puentes con años de postergación.

La ausencia de estas obras en el proyecto licitatorio genera inquietud en la comunidad campanense, que teme quedar relegada en un corredor que, paradójicamente, será uno de los primeros del país en pasar a la órbita privada.