Nancy Ríos, una de las pioneras del fútbol femenino en Campana, anunció su retiro tras 12 años de trayectoria y lo hizo con la tranquilidad de haber cumplido todos sus objetivos. “Me voy feliz”, asegura, luego de un camino que no solo la tuvo como jugadora, sino también como impulsora fundamental del crecimiento de la disciplina en la ciudad.

Su recorrido comenzó en 2013 y se fortaleció en 2015, cuando junto a Marisa González trabajó en la administración del fútbol femenino local y en la creación de la escuelita, un espacio que marcó su carrera para siempre. “Ver a mis alumnas jugar conmigo fue una de las alegrías más grandes que me dio el fútbol”, reconoce.

La decisión de retirarse fue procesual. Empezó a pensarla el año pasado, en medio del temor que generó una posible desafiliación del club. A eso se sumó la necesidad de dedicar más tiempo a su vida personal y profesional. La despedida terminó concretándose en los últimos partidos.

Su objetivo ahora será dedicarse de lleno a la formación de jugadoras para la primera división: “Ahora quiero darles tiempo, herramientas y una base sólida. Es lo que hoy necesita el fútbol femenino”, sostiene.

La, ahora ex jugadora de fútbol, señala que cada vez hay más oportunidades para las jóvenes, el surgimiento de nuevas escuelitas y la creación de ligas infantiles que impulsan el desarrollo desde temprana edad. “El crecimiento es real. Y es clave acompañarlo, valorar y apostar por el fútbol femenino”, afirma.

Antes de cerrar esta etapa, deja un mensaje para las jugadoras actuales y futuras: disfrutar, fijarse objetivos y no rendirse. Con esa misma perseverancia, llegó a vivir viajes inolvidables, partidos en grandes estadios y a cumplir el sueño que tenía desde niña en una época donde el fútbol femenino parecía un imposible.

“Me voy feliz. Mis papás me vieron cumplir mi sueño”, resume Nancy.


Foto de Priscila Alday.