La jornada electoral en Campana comenzó con quejas y desconcierto entre numerosos votantes que, al llegar a las escuelas donde habían sufragado en las elecciones provinciales, descubrieron que sus mesas habían sido trasladadas a otros establecimientos.

La modificación de los lugares de votación —que en esta ocasión dependen de la Justicia Electoral Nacional— tomó por sorpresa a muchos vecinos, quienes no habían verificado previamente el padrón digital. Ante la situación, desde distintos espacios recomendaron revisar con antelación los datos de cada elector para evitar contratiempos.

El inconveniente se vio agravado no solo por la reducción en los operativos de traslado que tradicionalmente organizan las fuerzas políticas —que esta vez, según una fuerza consultada, apenas alcanzó a cubrir un 20% del esquema vigente en septiembre—, sino también por la escasa disponibilidad de transporte público en la ciudad, lo que dificultó el desplazamiento de los votantes hacia sus nuevos lugares de votación.

En este contexto, numerosos vecinos que se enteraron del cambio de escuela al llegar al establecimiento decidieron no votar, al no contar con medios para trasladarse hasta el nuevo sitio asignado.

La combinación de desinformación, menor logística y falta de transporte generó así un clima de descontento en una jornada electoral marcada por la frustración de quienes no pudieron cumplir con su derecho al voto.