El lunes 22 de septiembre se desarrolló la tercera audiencia del juicio por el femicidio de María Alejandra Abbondanza en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 de Zárate-Campana. La jornada estuvo marcada por el testimonio de 13 personas —12 presenciales y una por videollamada—, entre ellos médicos forenses y peritos que revelaron detalles estremecedores de la autopsia de la víctima, además de declaraciones vinculadas a los abusos sexuales previos por los que también está acusado Agustín Chiminelli, junto a sus padres, Carlos Chiminelli y Liliana Sánchez, imputados como partícipes necesarios.

En el banquillo de los acusados no estuvieron presentes Chiminelli padre y Sánchez por padecer presión alta según su abogado. 

La audiencia comenzó con el testimonio de la madre de una de las mujeres que denunció a Chiminelli por abuso sexual. Conmovida, relató que nunca supo lo que ocurría hasta que se conoció el crimen de Alejandra, "iba con nosotras a la iglesia" señaló la mujer. Su hija llegó a confesar: “esa podría haber sido yo”. Luego declararon dos amigas de la denunciante, quienes confirmaron episodios de violencia y manipulación. Una de ellas recordó que Chiminelli, ante la negativa de la joven a acompañarlo, llegó a autolesionarse.

Otros testigos sumaron detalles sobre la violencia del acusado. Un remisero, cuya declaración fue leída por problemas de salud, de cuando presenció un intento de rescate de una víctima en la casa de los Chiminelli. También declaró el entonces novio de la hija de Alejandra, quien contó que la víctima le había pedido ocultar su actividad en Instagram por temor a ser observada.

El kinesiólogo que atendía a Carlos Chiminelli desmintió las supuestas limitaciones físicas del acusado: aseguró que lo atendió un día antes del femicidio y este podía caminar, subir escaleras y entrenaba con mancuernas.

El tramo más fuerte de la audiencia llegó con los peritos, policías y médicas forenses. Un oficial de la DDI detalló cómo las cámaras registraron los movimientos del acusado y sus padres la noche del crimen: entradas y salidas para descartar pruebas y maniobras de encubrimiento, según la hipótesis de la policía, descartó las pruebas en diversos lugares para despistar la investigación. También recordó la actitud evasiva de Liliana Sánchez, quien intentó impedir el ingreso de la policía y negó tener llaves del garaje, hasta que finalmente sacó una de su ropa interior.

Peritos de criminalística describieron las evidencias halladas: bolsas con ropa ensangrentada, objetos personales de la víctima y una mancuerna gris manchada con sangre. Describieron que en la parrilla del garaje encontraron el torso calcinado de Alejandra, sin extremidades, junto a restos óseos y una pulsera aún reconocible en una de las extremidades superiores descartada en una bolsa de consorcio. Y recordó que el perro de Alejandra fue encontrado con manchas de sangre en el pecho y la cola, por lo que los peritos tuvieron que cortar parte de su pelo para analizar los restos hemáticos.

Las médicas forenses confirmaron que la causa de muerte fue un traumatismo cráneoencefálico con dos golpes contundentes, seguidos de la incineración del cuerpo. Detallaron que el cadáver estaba carbonizado en un 95% y que el fuego había actuado durante varias horas.

Además, señalaron que Chiminelli presentaba escoriaciones y hematomas compatibles con signos de defensa de la víctima. Parte de la familia de Alejandra, conmocionada, se retiró de la sala durante estos testimonios, mientras el acusado permanecía tomando café y comiendo maní.

La tercera audiencia dejó expuesto no solo el horror del crimen, sino también un patrón de violencia y encubrimiento familiar que atraviesa todo el proceso judicial. La próxima se llevará a cabo el día jueves con la posible declaración de Carlos Chiminelli y Liliana Sánchez.