La diputada bonaerense Soledad Alonso expresó fuertes críticas al Gobierno de Javier Milei al sostener que se está impulsando “un plan de vaciamiento y desregulación que pone en riesgo la salud, la ciencia y la soberanía nacional”.

Según la legisladora, organismos que son “orgullo y referencia a nivel internacional” atraviesan un proceso de debilitamiento por el recorte de recursos y “el hostigamiento” hacia sus trabajadores. Mencionó entre ellos al Hospital Garrahan, al CONICET y a entes de control como la ANMAT, al tiempo que destacó que sus profesionales continúan obteniendo logros reconocidos en el mundo, aunque con “salarios muy por debajo de lo necesario para vivir”.

Alonso citó como un ejemplo “grave e invisibilizado” el caso del fentanilo contaminado, que provocó más de 90 muertes en distintas provincias. Para dimensionar la magnitud, comparó esa cifra con hechos trágicos de la historia argentina: 52 muertes en la tragedia de Once, 86 en el atentado a la AMIA, 29 en la Embajada de Israel y 65 en la tragedia de LAPA. “Con el fentanilo ya se superaron esas cifras, y aun así no hubo renuncias ni respuestas”, señaló.

En ese marco, acusó al ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, y al ministro de Salud, Mario Lugones, de haber impulsado la eliminación de instancias de supervisión sanitaria. “El ocultamiento y la falta de respuestas oficiales muestran con crudeza lo que sucede cuando el Estado se retira de áreas tan sensibles: sin regulación, la gente muere”, afirmó.

Respecto al Hospital Garrahan, la diputada destacó la reciente cirugía de separación de siamesas, que demandó meses de preparación y el trabajo coordinado de más de 40 profesionales. Sin embargo, advirtió que sus trabajadores “llevan más de un año reclamando recomposición salarial, enfrentan recortes, cierre de residencias y amenazas, y aun así siguen salvando vidas”. En ese sentido, expresó: “En lugar de cuidarlos y darles las herramientas que necesitan, los tratan como si fueran un gasto incómodo. Ese es el valor que este Gobierno le da a la salud pública”.

En relación al CONICET, cuestionó la falta de financiamiento estatal y recordó que la última expedición oceanográfica al Cañón Submarino de Mar del Plata se realizó gracias a un concurso internacional financiado por la fundación privada estadounidense Schmidt Ocean Institute. La misión, transmitida en vivo, generó un gran interés social. “Es un doble absurdo: despreciamos lo que ellos valoran y dejamos en manos ajenas el conocimiento de nuestros propios recursos”, concluyó Alonso.

Finalmente, la Diputada campanense señaló que este vaciamiento no es casual: forma parte de una política deliberada de desprestigio, recorte y desregulación de instituciones estratégicas del Estado, mientras se fomenta la dependencia de intereses privados y extranjeros. “Soportar que nos quiten el control, la investigación y la salud pública no es libertad: es quedar a merced de intereses que no son los de nuestro pueblo. En las próximas elecciones es fundamental no avalar con nuestro voto este modelo que ajusta, vacía y desprecia lo que nos hace grandes”, concluyó Alonso.