2025-08-14 | 8:01
Sostenible y sustentable
El desafío y la oportunidad de la gestión ambiental en la industria
En la región de Campana y Zárate, el presidente del CICACZ, Gabriel Cerasa, remarcó que la gestión ambiental dejó de ser un requisito accesorio para convertirse en un eje estratégico de la industria, y que el verdadero desafío es asumirla como una oportunidad para innovar, ganar eficiencia y fortalecer el vínculo con la comunidad. “La industria y el ambiente no son fuerzas opuestas, sino aliados para un desarrollo que perdure en el tiempo” aseguró.
El presidente del Comité Interindustrial de Conservación del Ambiente Campana–Zárate (CICACZ), Ing. Gabriel Cerasa.
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El desafío y la oportunidad de la gestión ambiental en la industria
El presidente del Comité Interindustrial de Conservación del Ambiente Campana–Zárate (CICACZ), Ing. Gabriel Cerasa.
El presidente del Comité Interindustrial de Conservación del Ambiente Campana–Zárate (CICACZ), Ing. Gabriel Cerasa, destacó la importancia de que las empresas industriales integren la gestión ambiental como parte central de su estrategia, no solo como una obligación legal, sino como un compromiso “genuino, sostenido y proactivo” con las comunidades y el entorno.
Al respecto, destacó el desafío y la oportunidad de la gestión ambiental en la industria, y remarcó que “ya no alcanza con producir más y mejor: el mundo exige hacerlo de forma responsable, con un cuidado activo de los recursos naturales y un respeto profundo por las comunidades donde operamos”.
La reflexión cobra especial relevancia en la región de Campana y Zárate, donde conviven industrias de gran envergadura con zonas urbanas y entornos naturales de alto valor. “Aquí, cada decisión industrial tiene un impacto potencial sobre el aire, el agua, el suelo y, sobre todo, sobre la calidad de vida de miles de personas”, sostuvo.
Cerasa subrayó que el verdadero desafío es ir más allá del cumplimiento normativo. “Esto implica desarrollar sistemas de gestión ambiental robustos, capacitar al personal, invertir en tecnologías limpias y establecer metas medibles que se revisen periódicamente”, explicó, señalando que las empresas que incorporan esta visión “aumentan su eficiencia, reducen costos operativos, mejoran su reputación y fortalecen la confianza de la comunidad y de sus propios empleados”.
Entre las herramientas clave para un cambio real, el titular del CICACZ enumeró:
Monitoreo ambiental continuo de aire, agua y suelo, con datos confiables y transparentes.
Planes de reducción de emisiones y residuos, con metas claras y factibles.
Aplicación de economía circular para transformar residuos en recursos.
Eficiencia energética y migración a fuentes renovables.
Capacitación constante en todos los niveles de la organización.
Cerasa enfatizó que la cooperación entre empresas, organismos públicos y sociedad civil “genera un efecto multiplicador que beneficia a toda la región”.
Sobre los retos hacia adelante, advirtió que el cambio climático, la presión sobre los recursos naturales, la generación de residuos y la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero son problemáticas urgentes que requieren respuestas coordinadas.
“La industria tiene, en este contexto, un papel decisivo. No se trata de frenar el desarrollo, sino de conducirlo hacia modelos más inteligentes, eficientes y responsables. Innovar, invertir y colaborar son las claves para lograrlo”, planteó.
Finalmente, concluyó que “la gestión ambiental no debe ser vista como un gasto, sino como una inversión que garantiza la sostenibilidad de la industria y de las comunidades que dependen de ella. El compromiso es claro: producir cuidando el entorno. Ese es el verdadero desafío, pero también la mayor oportunidad que tenemos para demostrar que la industria y el ambiente no son fuerzas opuestas, sino aliados indispensables para un desarrollo que perdure en el tiempo”.
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