Dany Bela (bajista), Robert González (cantante y guitarrista) y Walter Gómez (baterista) son parte de la formación oficial de Los Garfios que viene sonando desde hace 20 años. Este trío que supo consolidarse como la legendaria banda campanense de rock regresa a los escenarios el próximo fin de semana. Antes de su ansiada vuelta, aquí anécdotas, sensaciones, vivencias, experiencias y mucho más en un recorrido por sus dos décadas de historia.
“Pensé muchas veces: 'Qué lindo sería que alguna vez alguien pudiese cantar una canción nuestra'”, dice Robert y así recuerda el principio de la historia. Fueron muchos, muchísimos años hasta llegar a convertirse lo que hoy no solo son sino también significan para la ciudad.
Mariano Iglesias y Fito Santomero integraron la primera formación. También estuvieron Jorge “Huevo” López (guitarra y voz), Fundy (percusión y trompeta), Rubén Álvarez (trompeta), Diru (guitarra), Marcelo Boscoso (voz), Maurito Maggiolo (stage y voz), Pichu y Leo (murga), Edu Oviedo (saxo), Uruguayo (percusión) y Margen (guitarra). Todos ellos llegaron en diferentes momentos y realizaron su aporte para que, como Rober deseó alguna vez, la gente los reconociera y luego de mucho tiempo los recordara.
¿Cómo fue este largo camino? Aquí una breve síntesis…
DESPEGAR
[Lo bueno de la luna es
que viene con la noche,
lo bueno de la noche es
que viene con vos]
Del '93 al '99 la banda pasó todos los procesos típicos de quienes se inician en el ámbito musical. Decididos a llegar a los primeros planos de la escena del rock nacional, sus integrantes se dedicaron a la producción de su primer material discográfico. Luego de la prueba de varios músicos, muchas horas de ensayo y la decisión de darle un formato más profesional al proyecto musical en el año '99 llega Despegar, el primer disco oficial. No sin antes haber tenido un intento fallido, ellos mismos reconocen que antes de poder lograrlo fueron "sacados a 'bolsasos' del estudio". Dany, con un nivel de autocrítica admirable, confiesa que tocaban desafinados, los instrumentos no servían y no tenían la menor idea de qué era grabar. Admite también que todos "estaban en la misma", pero con satisfacción asegura que pese al fracaso inicial se sienten orgullosos del resultado obtenido. "Todo lo que inventamos y jugamos en ese primer disco después no se repitió en ningún otro", dice.
Reconociéndose novatos en la cuestión, Robert aporta una anécdota muy particular: "Ese disco lo grabamos acá (en Estudio 4). Después fuimos a masterizar con David Santos quien en ese momento masterizaba a Divididos, a Mercedes Sosa y muchos más. En el momento que llegamos estaba haciendo la 'Misa criolla'. Nosotros nos creíamos que teníamos un 'discazo'. Dijimos, 'con esto reventamos el mercado Latinoamericano'. Ponen nuestro disco y comenzamos a escucharlo sonando increíble. Lo sacan y ponen un disco de Almafuerte al mismo volumen. ¡Nos voló la peluca! Escuchamos cómo sonaba y comparándolos el nuestro era una 'cagada'". Dany, con una analogía muy gráfica agrega: "Era como pasar de un cassette TDK a un DVD. ¡Nos confundieron con una banda evangelista!".
No obstante, lograron "despegar" y dejar en claro que lejos de evangelizar su verdadero objetivo era hacer rock&roll. Se sumaron más shows y comenzaron las giras.
LA HORMIGA SIGUE COMIENDO
[Vamos empujando fuerte
hay lugar
donde no es cuestión de suerte
sale el sol]
En el 2001, presentaron La hormiga sigue comiendo. Encuadrados definitivamente en el formato de la canción, este nuevo disco se caracterizó por tener letras autobiográficas con una carga extremadamente sentimental. Las vivencias de cada "garfio" quedaban plasmadas en sus letras y en cada uno de sus acordes y arreglos. En él están las canciones que se convirtieron en las más populares y que hoy la gente recuerda nítidamente. Por ese entonces, contaban con sus propios seguidores.
Desde la composición musical admiten que "no se experimentó tanto como en el primero" y fue un desafío importante su grabación en Capital Federal. Algo extenuados por el acotado presupuesto y con el apoyo de reconocidos en la materia, La hormiga sigue comiendo aportó a la banda nuevas experiencias y la posibilidad de crecer. "Dejamos de ser el 'nene mimado'. Acá todos nos acompañaban y reconocían con afecto. Allá no, éramos unos más del montón. Nos bancamos las críticas y fuimos mejorando. Fue una buena época que nos permitió crecer. En ese entonces la gente empezó a acercarse masivamente a la banda ", recuerda Robert.
ALGUIEN ESTÁ MIRANDO
[Qué puedo hacer
sino hay canciones de amor]
Los resabios del estallido social y la crisis económico financiera de la Argentina del 2001 hacen que llegue un tercer disco de ocho canciones con mensajes cortos y precisos. Sin ser ajenos a la coyuntura política, reflejaron en su música la realidad social del país y de América Latina. Toda la bronca de lo que estaba pasando se canalizó en esas canciones.
Paradójicamente, en contra posición al malestar que le producía la situación de la Argentina, Alguien está mirando es el disco que ellos aseguran también les trajo más satisfacciones. "Es el que nos animamos a tocar en cualquier lado que vamos porque en él hicimos muy bien las cosas", sostiene con alegría Dany, mientras Robert añade que "llegó un excelente momento musical".
Más tarde, en el 2003, llegaría La gira de la mente (En vivo), una recopilación de grandes momentos de la banda a través de un recorrido por diversos boliches y bares donde tocaron durante los años 1999 y 2003.
Con su propio público y la vorágine de numerosos recitales en varios boliches no solo de Campana sino también de Capital Federal -siendo banda soporte de Las Pelotas, Callejeros, Los Cafres y La Mancha de Rolando y participando de importantes recitales-, esta tercera producción discográfica los perfilaba para una mayor proyección. La promesa de acompañar a León Gieco y un lugar en el escenario principal de Cosquín Rock quedó trunca.
DESPUÉS DE TODO
[Te encontré un mal día
listo para dejarme llevar
al lugar equivocado]
A partir de la noche del 30 de diciembre de 2004 con la tragedia de Cromañón que se cobró 194 víctimas fatales y 700 heridos tras el incendio del lugar durante un recital de Callejeros, comenzó a escribirse una de las páginas más triste de la historia de banda. Los Garfios habían estado ofreciendo un recital allí el día anterior y al día siguiente tuvieron presentes a muchos de sus seguidores. "Fue bravo" (Robert), "Se acabaron todos los cuentos" (Dany) y "Ahí chocó el colectivo" (Walter) son las espontáneas frases que ellos utilizan al recordar con congoja ese día.
"Nos tocó por todos lados. Ahí había mucha gente que nos seguía. También pensamos qué hubiese pasado un día antes. Nosotros habíamos llevado a 200 personas de Campana lo que significa que cada diciembre, 200 familias de nuestra ciudad estarían de duelo. Surgen de ahí más todos sentimientos angustiantes, de tristeza, de dolor. Y, a nivel musical, como banda llegamos a decir 'ya está. Se acabó'. Pusimos un freno a tanta vorágine", explica Dany.
De ahí en más no solo los aquejó la tragedia sino también el proceso judicial en el que tuvieron que declarar y la exposición pública y mediática que tuvo el hecho a nivel nacional e internacional.
"Había gente que iba a vernos y estaba en la misma. Andaba con las bengalas. Comenzamos a pensar y a replantearnos un montón de cosas. Pensamos que estar dentro del 'circo del rock' y llegar a algo de esa forma realmente no nos interesaba. Fue feo en todo y para todos. De ahí en más empieza otra historia", comenta Walter. En tanto que Dany agrega que no sabía qué sucedería luego, pero estaban seguros que "ya nada volvería a ser como antes".
Y definitivamente no lo fue. Al poco tiempo se dio inicio a una nueva etapa de la banda. A principios del 2005, Robert decide dar un paso al costado. De esta manera nace Después de todo. El nombre de este disco sintetiza realidad mental de Los Garfios que no solamente se sentían golpeados por la crisis del grupo sino también por lo personal. Así, una vez más, la música fue un "cable a tierra" para cada uno de ellos.
"No sé para dónde va el cuarto disco, pero uno al escucharlo se da cuenta de que hay muchos sentimientos tristes. Hubiese sido realmente imposible hacer otro más. Salió lo que tenía que salir, a nosotros nos sirvió para canalizar por ahí lo que nos estaba pasando. Sin embargo, presentarlo en vivo y volver a los recitales no nos hizo bien", explica Dany. Finalmente, el lanzamiento de Después de todo precipitó la ruptura temporal de la banda.
“MI FELICIDAD ES LA FIESTA, POR ESO HOY ESTOY AQUÍ”
Así pasaron varios años y, como popularmente dicen, "el tiempo supo sanar las heridas" y Los Garfios volvieron al ruedo. El reencuentro fue en el 2008 y de ahí en más fue totalmente distinto.
"Volvimos sin ninguna exigencia. Reconocemos que esta es la etapa más linda desde lo humano pero tal vez más pobre musicalmente. Estamos bastante desengañados. Nos dimos cuenta de un montón de 'chistes' del rock y de cuestiones que no escapan al mercado. Cuando uno es más chico se los cree. Ahora tocamos y nos divertimos mucho. Regresamos nuevamente a la etapa de la inocencia. Atrás quedaron el 2002 y 2003 donde 'queríamos jugar en Primera' pero teníamos un problema: ‘Nos llevábamos puesto todo", cuenta Robert.
Los tres coinciden en asegurar que disfrutan de esta nueva etapa y que pese a estar lejos de los escenarios continúan recibiendo el afecto de la gente y también es por ella que regresan. Para ellos prepararon dos nuevas fechas con la intención de celebrar acompañado de su público, sus músicos y de los amigos, los familiares y todos los que se sienten parte de Los Garfios.
Como Robert dice, este es el “vals de los 15, el que todos lo quieren bailar”. Aseguran que será muy especial y que llegan a este show con muchas ilusiones de celebrar a lo grande. Reconocen que la noche será muy particular porque encontrarán en ella no solo a quienes, desde jóvenes los acompañaban sino también los hermanos y los hijos de estos. Y es que la banda pasó dos décadas llenando de música a la ciudad y terminó convirtiéndose en un clásico, en un referente indiscutido de rock. Los discos fueron pasando de mano en mano, de generación en generación y jamás dejaron de sonar.
“SIGO JUGANDO EN LA MADRIGUERA A QUE NUNCA TE VAS”
Actualmente los encuentra algo más “viejos” y “renegados”, pero con la alegría de volver. Robert asegura que ama a Los Garfios porque son parte de su vida y su piel y “no podría vivir sin ellos” mientras admite que después de 20 años le resulta difícil pensar su vida sin la banda. Dany algo más nostálgico cuenta que a él tal vez le gustaría recuperar otra instancia de la misma y considera que actualmente están muy lejos de ser lo que desea mientras manifiesta su deseo de a futuro “poder contar a la gente qué es lo que hoy sienten a través de la música” y agrega que también siente el amor por la banda y la gente. Walter es más autocrítico y admite que el reconocimiento nunca fue desde lo musical. “No somos demasiados virtuosos en la música. Somos una banda muy de piel, muy sentimental. Musicalmente hacemos lo que nos sale”, confiesa.
Al mirar hacia atrás, Dany con una inmensa emoción está convencido que jamás va olvidar todo lo que pasó entre el 2000 y 2003. Tiene presentes las giras por la Costa Atlántica, los shows en Capital, la presentación en Show Center, el tercer disco y éxito de esa época. Walter comparte la opinión con él y agrega que su mejor momento también está ligado a la primera etapa de la banda y al primer disco porque es “como el primer hijo”. Sabe que lo que vino después, desde lo musical, fue mucho mejor pero dice que el primero tiene un significado especial. Robert coincide con ambos porque cree que fue allí cuando estaban abocados a la creatividad, pero también reconoce que “todas las etapas son lindas. Incluso esta última”.
Y es que en esta última, a 20 años, su gente espera con ansias su regreso al igual que ellos. Ya falta menos. Está todo listo para este sábado 20 y domingo 21 vuelvan a sonar en vivo y revivir los momentos más especiales de su historia y compartir con los suyos una verdadera fiesta “garfia” a la que todos están invitados.
Periodista: Monica Arévalo
La data: Los Garfios se presentan este Sábado 20 y el Domingo 21 en Lola Rock (Mitre entre Moreno y Colón). Quedan poquísimas entradas (alrededor de 50, solo para el Domingo), y pueden adquirirse a un valor de $40 (con una calco de regalo) en Einstein (Mitre 933).