Entiendo a la democracia como un conjunto de ideas, valores e intereses en donde la voluntad de la mayoría condiciona el destino del conjunto de una sociedad en un lugar y durante un tiempo estipulado con el fin de evitar la anomia social y las consecuencias que ello trae aparejado. Ahora bien, esa definición general de democracia es sin duda insuficiente, y es por eso que surgen diversos estudios sobre las distintas formas de aplicar en cada sociedad ese conjunto de ideas, valores e intereses. Pero la literatura de la Ciencia Política poca atención le ha prestado a la democracia en los municipios, y a quienes nos preocupa la salud económica, política y social de nuestra comunidad indefectiblemente nos tiene que ocupar alcanzar niveles democráticos elevados.
Mi primera premisa supone que el sistema político en los Municipios favorece considerablemente a los oficialismos, en menor medida a las segundas fuerzas y deja totalmente “afuera” del sistema a las minorías. El sistema D`Hont en conjunto con una baja cantidad de representantes genera un umbral demasiado alto para el ingreso al cuerpo deliberativo de minorías o terceras fuerzas, favoreciendo a un sistema bipartito.
Esto pone en evidencia una segunda cuestión que es la diferencia entre competencia y competitividad. Que todos aquellos que acrediten un partido político puedan anotarse y participar de las elecciones, significa que existe competencia. Pero la posibilidad de participar no necesariamente te permite sostener una disputa electoral en igualdad de condiciones o por lo menor en condiciones parecidas, es decir, no existe la competitividad. El sistema político en los municipios favorece a la concentración de los recursos organizativos en una sola fuerza y a veces en dos y esto deja afuera de la disputa de ideas, valores e intereses a muchos sectores que podrían aportar mucho a la democracia y al debate público.
Creo que esta demás aclarar que las reelecciones indefinidas de Intendentes y Concejales no hacen más que lesionar a la democracia, quitando oxígeno a las gestiones y poniendo un límite a la creatividad de los funcionarios.
En fin, para que los vecinos de todos los municipios podamos vivir mejor día a día es necesario hacer reformas urgentes que posibiliten ganar mayores niveles de democracia y participación ciudadana. De lo contrario, los beneficios solo van a aparecer si surge algún dirigente con voluntad política de auto someterse a limitaciones que ninguna norma estipule.
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