Cartagena de Indias es una de las ciudades más bellas y conservadas de todo el continente Americano. Es una de las perlas del Caribe, importante puerto de Cruceros y sitio patrimonial de valor único en el mundo. Hoy tenemos la posibilidad de viajar con mucha facilidad, haciendo una única conexión aérea con varias alternativas de aerolíneas. Esta variedad de opciones para llegar, como sucede desde hace tiempo en muchos destinos, hace que la tarifa baje considerablemente.

Reconocida por los 11 km de murallas que en ella erigieron los españoles, tiene un centro histórico que es fundamental caminarlo sin apuro y observar tranquilamente los tesoros coloniales. En esta ciudad (declarada Patrimonio Histórico de la Humanidad por la UNESCO en 1984) tienen lugar festivales dedicados al cine y a la música clásica. Cartagena es ideal para pasar lunas de miel, para combinarla con San Andrés o una de las Islas del Rosario que se encuentren a poca distancia.

El centro histórico es el alma de esta ciudad, que le sirvió de inspiración a Gabriel García Márquez. En este sector de la ciudad cabe destacar:

- La Ciudad Amurallada: también conocida como el "Corralito de piedra", conserva todo el encanto de la época colonial. Se pueden observar estrechas calles flanqueadas por hermosos portones y balcones volados. Su entrada principal es la Puerta del Reloj, construida sobre la muralla en el siglo XIX. Las calles de románticos nombres permiten ir descubriendo plazoletas, iglesias, claustros y casonas.

En materia de arquitectura religiosa, no se puede dejar de visitar la Casa del Marquéz del Premio Real, la Casa Skandia, la Casa de la Aduana, la Iglesia y el Convento de San Pedro, construida en el siglo XVII. No hay que olvidar el Palacio de la Inquisición, una increíble edificación donde ejerció sus funciones el Tribunal del Santo Oficio, al que llegaban casos de brujería y de hechicería. Actualmente, es sede de un museo histórico y arqueológico.
Hoy en día, la ciudad vieja está rodeada de muchos barrios más, donde vive la mayoría de la población. La muralla, bordeada en gran parte por el barrio Getsemaní, muy similar en cuanto a edificación a lo que verán dentro de la ciudad amurallada, pero a diferencia de ésta, son casas residenciales, todo pintado de colores pastel.

- Castillo de San Felipe: Desde casi cualquier rincón de Cartagena se puede observar la imponente mole de piedra del Castillo de San Felipe de Barajas, construido en 1536 y calificado como la obra maestra de la ingeniería militar española en América. San Felipe de Barajas fue un fiel defensor de la ciudad. Las fortificaciones de San Felipe salvaron a Cartagena de numerosos asedios y le confirieron a la ciudad el carácter de inexpugnable.

La gastronomía es también una fiesta en la ciudad. Las alternativas se multiplican para los viajeros que buscan experimentar sabores nuevos y exóticos de la cocina local e internacional. Comer en la calle no deja de ser un placer en Cartagena. Las arepas se compran casi en cualquier esquina y pueden ser consumidas mientras uno camina.

Las opciones de alojamiento son diversas y múltiples: es posible elegir entre tradicionales hoteles coloniales o exclusivos boutiques que proporcionan una experiencia única por sus detalles y servicios personalizados. La península de Bocagrande es sin dudas el mejor sitio para dormir, en caso que no quieran hacer frente al abultado presupuesto que implica pernoctar dentro de la ciudad amurallada. Distante a 2 kilómetros de la zona antigua, muestra la parte moderna en todo su esplendor

Esta ciudad es un museo al aire libre con sus tesoros coloniales, tiene mucho más que cultura e historia, pero también podemos afirmar sin dudas que Cartagena no sería la misma sin sus playas, islas y demás encantos. Si bien las playas que están dentro del perímetro urbano de la ciudad no son muy atractivas, ya que están a la vista las escolleras y el color del agua es similar a nuestro mar bonaerense (pero caliente); en recorridos de máximo de una hora, por agua o tierra, llegará a verdaderos paraísos alejados de todo el ajetreo.
Las más famosas son las Islas del Rosario (el archipiélago de islas más cercano a la ciudad), donde pueden pasar todo un día de relax y, para los más aventureros, deportes acuáticos. Barú es la primer isla que nos encontramos cuando salimos del puerto, es la de mayor superficie de todo el archipiélago, incluso podemos pernoctar en ella en un hotel Decameron, con régimen todo incluido. Estos destinos se caracterizan por tener aguas cristalinas donde con tan solo usar una máscara, se puede apreciar la fascinante variedad de vida marina.

Otra maravilla natural que no muchos conocen es el volcán Totumo; un cono lleno de lodo donde los turistas se sumergen durante minutos y hasta horas, como una terapia natural para limpiar la piel. Se encuentra a una hora de viaje de Cartagena y el turismo aquí es bastante precario: una escalera de madera, comidas típicas en pequeños kioscos y el mar muy cerca.

No olvidarse que desde Cartagena tenemos muy fácil acceso a Santa Marta por tierra, a no más de dos horas y media de viaje, donde podemos abrir la puerta a la combinación de destinos, y desde aquí, a no más de 20 minutos tenemos otra joya poco conocida, el Parque Nacional Tayrona. Si bien es requisito para visitarlo estar vacunado contra la fiebre amarilla, vale la pena aguantar el pinchazo. El parque se acuesta sobre el mar Caribe, alberga infinidad de especies de animales y es la combinación perfecta de sierras cubiertas de vegetación, senderos poco transitados y una playa que muchos especialistas lo consideran dentro de las 10 mejores del mundo. La vista es de pequeñas bahías, con algunos monolitos de piedra que emergen del mar y la sierra detrás, bien verde, salpicada por eco cabañas.

Lic. Guillermo Ceballos
Vuelos y Vacaciones
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