“Siempre digo que soy de Campana antes que de Argentina”. Así se presenta Juan Ignacio Barreiro, un vecino de nuestra ciudad –por si no quedó claro- que vive en Luxemburgo desde hace 9 años, pero emigró al continente europeo hace más de 15, y mantiene intacto el amor por el pueblo que lo vio nacer y crecer.

“Me iba a quedar solo unos meses pero ya casi llevo la mitad de mi vida”, comenta entre risas al comenzar su relato para “Campanenses por el Mundo”.
Su vida fuera de nuestra ciudad se inició en 2002, cuando agobiado por problemas personales, decidió emprender una nueva aventura.

Su primer destino fue España. “Llegué solo, sin ninguna compañía, pero no fue difícil la adaptación. Enseguida conocí gente muy buena que hoy puedo considerar grandes amigos. Realmente estoy muy agradecido a los españoles por el trato que me dieron”, reconoce.

Y recuerda -con cierta nostalgia-que allí comió su primer plato de lentejas. “Cuando llegué no tenía trabajo y comí 15 días en Cáritas. Ahí probé por primera vez las lentejasluego de habérselas rechazado toda mi vida a mi mamá”, dice. En esos tiempos también compartió departamento con otras 23 personas.

Su camino fuera del país siguió por Andorra y más tarde por Alemania hasta llegar a Luxemburgo donde ya lleva viviendo 9 años

Y justamente en este lugarlo estaba esperando quien luego sería la mamá de su hijo. “Se llama Enzo Timothy y tiene 7 años. Hace unos meses se fue a vivir a España con su madrepor lo que estoy evaluando la posibilidad de volverme a España para estar cerca de él”, relata orgulloso y un poco angustiadoa la vez por la distancia que los separa.

El mundo de la gastronomía es su medio de subsistencia.“El barra”–como le dicen sus amigos- es cocinero en el hospital público y cuando el tiempo se lo permite realiza horas extra en un Sushi Thai.

El tiempo libre lo aprovecha para realizar actividades al aire libre.“Cuando salgo de trabajar me voy a andar en bicicleta o salgo a pasear con la moto. Tengo un grupo de amigos con lo que salgo en dos ruedas. Hice muchos viajes por Europa y siempre portando una bandera Argentina que decía ´Ciudad de Campana´”, señala.

Y si de nuestro distrito hablamos,asegura que extraña la familia, los amigos y el Campana Boat Club. “Después de haber recorrido 22 países puedo decir con seguridad que no hay lugar en el mundo que tenga un club deportivo como ese. Me encantaría que la gente se vuelque más a disfrutar ese espacio verde y encantador”, añora.

En Luxemburgo, un país con medio millón de habitantes, Juanarriesga ser el único campanense. Su par más cercano, con el que “habla muy seguido”, está a 180 km.

Respecto a las semejanzas y diferencias entre ambos países, este campanense recalca que no se parecen en nada. “Son todo lo opuesto.Acá hay orden en la calle, se respeta a la naturaleza y no hay robos”.

No obstante-aclara- “volvería a vivir a mi país algún día. Soy muy campanero. Llevo a mi ciudad en lo más profundo de mi corazón. Cientos de veces me preguntan de dónde soy y lo primero que digoes ´soy de Campana´ antes de decir que soy de Argentina”.

Si bien no tiene definida la fecha, “El barra” Barreiro adelanta que estará visitando la ciudad en un par de meses pero no quiere dejar pasar la ocasión para saludar y agradecer a su familia “por el apoyo que me brindan constantemente”.