De todo un poco
Marcelo Boscoso

Con vecinos así no necesitamos enevecinos
Cuando todavía muchísimos vecinos ni siquiera recibieron los códigos para cobrar la ayuda del bendito IFE del mes de abril, el Holding Techint devolvió la ayuda que había recibido del Gobierno Nacional en tiempo y forma. Que estoy loco? No, Paolo Rocca le había pedido ayuda al gobierno para pagar los sueldos del mes de abril, el primero de la cuarentena sin fin (me acorde del programa de Julian Esteban Weich El Agujerito sin fin) . El tema, nuestro vecino después se dio cuenta que si recibían ayuda no podían operar dólares, ccl, mep y todas esas cosas y entonces, mágicamente dijeron, “no necesitamos la ayuda, y devolvemos pagando en un VEP con más los intereses lo que el gobierno nos dio”.

Cuando en Ingeniero Agostino Rocca vino al país después de trabajar entre otras cosas beneficiado con las políticas del mismisimo Mussolini, después de las guerras, y cuando en nuestro país nuestra joven ciudad sucumbía su desarrollo logrado por las caídas de sus industrias frigoríficas, con las gestiones de mi tío Alberto Armesto entonces intendente de Campana ante Juan Perón, el entonces taller Dalmine se instaló aquí y no en Pacheco donde su idea original (Don Henry ya estaba allí)

La historia es conocida, su nieto también llamado Agostino, quien comandaba luego la empresa. falleció en 1981 en trágico accidente en una avioneta volando al sur una noche en condiciones y nave muy precarias. Lo sucedió su hermano Paolo. Los Rocca hicieron con el tiempo grandes negocios, le compraron a Menem, que vendía las joyas de la abuela en más o menos un millón de dólares, Somisa, hoy Siderar, o Ternium, o Txar, según la bolsa en que se la opere. Lo mismo hicieron con Sidor, en Venezuela, hasta que el loco Chavez los rajo de los pelos del Orinoco (recuerdan, donde se hace la Angostura) .
En los años 80, cuando nuestra ciudad tenía unos 50 mil habitantes, en Dalmine trabajaban 8 mil, hoy con 100 mil, no llegan a 4. El rico Grupete Techint se volvió pobre, su capitalización máxima llegó a ser de más de 40 mil millones de dólares. El vecino, con sus oficinas fuera de nuestra ciudad, ni siquiera en Catalinas, más lejos, allá por Luxemburgo, algunas malas lenguAs dicen por cuestiones tributarias, salía en Forbes con casi 20 mil en su bolsillo. Los tiempos fueron pasando, guerras de los golfos, peleas de árabes ricos, crisis económicas de pobres, pandemia con petróleo a precios negativos, el monstruo más grande de nuestro país valía el mes pasado menos de 10 mil millones de dólares, todo ¡!! Una baratija si se quiere cuando Mercado Libre, que reparte chucherías, vale 50 mil ¡!!

Por eso pobre Paolo, que dicho sea de paso hace cuatro años dijo que no podía afrontar las tasas de Seguridad e Higiene, (por eso se puso un impuesto de un pesito al litro de nafta en las estaciones de servicio de nuestra ciudad), pidió ayuda al gobierno, que le imprimió 250 mil horneros para que le pueda pagar a la gente que desde ya tiempo viene siendo suspendida, echada, vacacionada, etc. Etc. etc. A mí no me dieron un peso de ayuda, seguramente a Ud. Señor lector tampoco. Yo no hubiera querido que en la esquinita donde se celebrabran las fiestas de 15 más caras del planeta después se hubiera disfrazado una Truchint University, o ahora un Truchint Hospital, tampoco que hubiera que los empleados tuvieran que pagarles a sus hijos en una megamoderna escuela técnica de Ariel del Plata para regentear a los chicos que antes se regenteaban de la Luciano Reyes, antes esos chicos ganaban mil dólares, hoy ganan 400. Tampoco quiero tantas donaciones del 5% del resultado contable, yo quiero que con el 30% del impuesto se construyan escuelas con sus pizarrones, no que se donen cajItas de tizas de colores, tipo espejitos. Lo que si esta bueno ahora podemos dormir porque no hay más por las noches ruidos del chocar de los caños, de acero, y sin costura ¡!!! . Que buenos vecinos no?

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