Si hay algo que caracteriza a esta nueva gestión en todos los ámbitos es la improvisación; y el manejo de las atribuciones políticas del Gobierno “sin anestesia”.

Está claro que el Municipio como el Gobierno Nacional tienen todas las atribuciones para aumentar las tasas municipales y los servicios públicos respectivamente; pero las autoridades además de tener las facultades o atribuciones para hacerlo; también tienen que analizar la “oportunidad” política para hacerlo y saber a quienes les están reclamando un mayor esfuerzo con los aumentos.

Ya hace un tiempo, los isleños asombrados por la llegada de las boletas de Barrido y Limpieza cuando en realidad no reciben ningún servicio de parte del Municipio. No hay dragado, no hay energía eléctrica, no hay agua potable, no hay transporte, y tampoco hay recolección de residuos por solo nombrar los más importantes.

La tasa de Barrido y Limpieza no es un impuesto inmobiliario que se tiene que cobrar a todos los inmuebles. El impuesto inmobiliario lo cobra ARBA y todas propiedades lo deben abonar. La tasa de Barrido y Limpieza tiene que tener un servicio como contraprestación para que sea válido, como su nombre lo indica el servicio que debe prestar es la limpieza. En la isla…¿cual es el servicio que presta la municipalidad para pretender cobrar esa tasa?

También pasa lo mismo en El Bosque, días pasados salió una solicitada donde daba cuenta un aumento del 300% de la tasa de barrio y Limpieza, cuando en realidad no reciben tampoco ningún servicio público municipal. Todos los servicios son pagados con las expensas del propio barrio.

Estas acciones en la isla como en el Bosque, que atraviesan a todas las clases sociales de la sociedad demuestran la falta de precisión y consistencia en las decisiones que se toman; o significa que la única voluntad del Municipio es recaudar “a cualquier precio” y sin considerar cumplir con prestar un servicio a cambio de la tasa.

A los vecinos de la Isla y el Bosque, se le suman todas las PYMES y comerciantes de Campana que han visto engrosado sus costos mensuales; sin considerar la situación económica del año 2016.

Estas menciones parecen demostrar que los únicos que deben ajustarse somos los ciudadanos; porque el Municipio exige mayor pago a isleños, y comerciantes y pymes cuando el trabajo en el año disminuyó sensiblemente; pero por otra parte, el Municipio no se muestra austero en el manejo de los recursos municipales. Además de los gastos innecesarios (como por ejemplo un millón de pesos para escribir una ordenanza municipal) hay una innumerable cantidad de contratos directos del Ejecutivo con empresas privadas, donde se “escurren” muchos millones de pesos del Municipio de Campana para obras públicas, utilizando mecanismos de emergencia para evitar controles del Honorable Concejo Deliberante; y esquivando la publicidad y control que la ley exige en las contrataciones del Estado.

Para quienes teníamos esperanza de un cambio en los procedimientos respecto al manejo del poder para establecer impuestos y tasas; como en la modalidad de las contrataciones; estás noticias son un golpe muy fuerte a la esperanza; porque” los nuevos” están copiando muy rápido los peores vicios de los anteriores.