Política
Jorge Monzón.

Si la tocan...
La versión de que Cristina Fernandez podría terminar presa y la reacción popular.

Ojala sea nada mas que una movida para sacar a Macri de en medio de los papeles de Panamá y Tuni Kollman un operador que largó la bomba como parte de un acuerdo político que se está gestando entre cúpulas.
La situación es mas que compleja, jodida.

Primero, la relación de fuerzas no es favorable al kirchnerismo. Y voy a intentar explicarlo:

No dirige ningún sindicato de peso, los sectores de la burocracia con los cuales han transado en estos 12 años, jamás le permitieron hacer pie dentro de las superestructuras gremiales y desde allí disputar la dirección del movimiento, es mas, n de la impresión de que eso le haya resultado interesante. Tal es así, que hoy la burocracia está en un proceso de unidad que pone al descubierto la impericia y la incapacidad del kirchnerismo para construir poder dentro de uno de los sectores claves de la lucha de clases, peor aún: la burocracia no va a mover un dedo en defensa de Cristina. Esa es su mayor debilidad, la incapacidad de joder al gobierno con la posibilidad de pararle el país, ese problema Macri lo tiene resuelto y el punto es que el núcleo duro del kirchnerismo tiene base en la pequeña burguesía de izquierda, sectores asalariados que no tienen mayor peso en la vida económica del país y la juventud estructurada alrededor de las universidades. Obviamente que todos esos hombres y mujeres que nutren las fila del kirchnerismo son valiosisimos y van a dar batalla ante la ofensiva de la reacción macrista, pero da la impresión de que han hecho una lectura de la realidad que les da margen para operar sobre un posible encarcelamiento de Cristina.

Tienen algo a favor y es que los desempleos masivos aterran a la clase obrera, una clase obrera que sigue sin rebelarse ante sus dirigentes traidores y con muchos compromisos adquiridos gracias a la carrera consumista impulsada por las politicas keynesianas. En otras palabras; la clase obrera esta derrotada, empeñada hasta el caracú y desconfía no solo de su burocracia sino, mas que nada, de la clase dirigente. Los laburantes no quieren lola, estan demasiado ocupados tratando de sostener el castillo de cristal que les hizo comprar el keynesianismo, que no estuvo mal, pero que no fue acompañado por un política de construcción partidaria que convirtiera al kirchnerismo en una potencia intratable en la política argentina, eso no ocurrió y tal a sido el desbarajuste que provocó esto que hemos visto como todo el kirchnerismo terminó votando a un tipo como Scioli. Ni Randazzo ni ninguno de la multitud de candidatos estuvo a la altura de la demanda y la razón es una sola: al morir Kirchner todo el proceso de construcción de la herramienta quedó dando vueltas como el pato rengo. El kirchnerismo no tiene influencia en sectores decisivos de la lucha de clases, no dirige nada, sus legisladores rapidamente acomodaron el culo en sus asientos y ya dieron claras muestras de ruptura, el partido peronista resulta un terreno hostil y para nada confiable para resistir al macrismo y su alianza con la justicia opresora.

Lo peor es que estos tipos ( El actual gobierno), que ya vivieron la experiencia de ser desalojados del poder por la lucha y la resistencia popular a sus planes de hambre, han adquirido la experiencia, tienen a las FFAA cohesionadas alrededor de la represión a las luchas . Si la cosa se pudre están mejor posicionados que en 2001 para concretar lo que no pudo De La Rua y es defender el poder a los tiros sin importar la sangre que hagan correr. El pueblo no está preparado para dar esa batalla y su dirección objetiva, mucho menos.

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