Lo que pasó en Tucumán fue una advertencia. El Gobierno no se va a ir fácil, incluso si así lo dictamina la voluntad popular. Están enquistados en el Poder y no tienen intenciones de dejarlo. Por eso no nos podemos quedar de brazos cruzados: tenemos que salir a defender nuestra Democracia. Tenemos que hacer valer nuestros derechos.

Porque más allá de quién allá resultado victorioso o no en la provincia de la Independencia, lo que sucedió es grave. Vimos episodios que creíamos haber dejado atrás: quema de urnas, denuncias de fraude, represión a lo salvaje. Todas escenas que nos retrotraen a tiempos oscuros. El Gobierno se llena la boca hablando de los Derechos Humanos pero, ni bien una manifestación popular no le gusta, ordena pegar. Y eso no debemos dejarlo pasar.

Si dicen una cosa y hacen otra con eso: ¿en qué más nos están mintiendo?

Esta semana presenté en el Honorable Concejo Deliberante dos iniciativas para promover un sistema electoral más transparente. TENEMOS QUE AVANZAR HACÍA EL VOTO ELÉCTRONICO. Todos los países desarrollados han abandonado hace rato las vetustas y sucias boletas; incluso muchos países latinoamericanos también han dado un paso adelante en este sentido. Pero nosotros nos empecinamos con el pasado y, a la vez, seguimos opacando que debería ser más traslucido que el más puro cristal.

Sucede que, de una forma u otra, a la vieja política las boletas les sienta bien. Les trae comodidad. Seguridad. Y eso ya que se trata del procedimiento más corromperle de todos. No digo que hagan trampa, pero que pueden hacerla y fácil, no tengamos duda.

Días atrás, Massa, Macri y Stolbizer dieron una conferencia en conjunto. Se mostraron unidos ante lo que aconteció en Tucumán, como lo hizo toda la Argentina. Estoy convencido que muchos kirchneristas, mucha de la gente que votó a Scioli en las PASO, repudió absolutamente el hecho. No queremos feudalismo. No queremos tiranos en el trono. Queremos elegir. Queremos ser libre.

Esa muestra de unión de tres de los candidatos a la presidencia tiene que servirnos de ejemplo. Con algunas cosas no se juega. No puede ser que se metan con una de los derechos más preciados que tenemos, uno por el cual ha muerto tanta gente en la historia de nuestra Nación. Y lo más irrisorio es que la solución está al alcance de la mano: una reforma electoral que no tiene que sr pionera en el mundo ni en la región, sino establecer lo que otras sociedades vienen usando desde hace mucho tiempo. Si se quiere, es como un copy-paste de la compu, un copiar y pegar. Más sencillo imposible.

Tan sencillo como el fraude que deja abierto nuestro sistema de votación actual.
Un fuerte abrazo,

Carlos Cazador
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