Reflexiones
Claudio Valerio

La amistad, según Sócrates.
Construía Sócrates una pequeña casa, en las afueras de Atenas, cuando algunas personas le preguntaron para qué serviría esa minúscula habitación. Él contestó que era para sus amigos. Admirados le replicaron que ahí no cabría casi nadie y entonces, con su ya tradicional y fina ironía, respondió: —¡Qué diera yo por poder llenarla!?.
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“Un amigo no es un hermano de sangre, sino del corazón. Por eso un hermano puede ser tu amigo, pero un amigo siempre será tu hermano. Un amigo siempre estará ahí, aun cuando no lo necesites. A un amigo lo necesitas porque lo quieres; no lo quieres porque lo necesitas. Con tus conocidos hablas, con tus amigos te comunicas. Un conocido te oye, un amigo te escucha, y lo más importante es que no te escucha con sus oídos, sino con su corazón”. Dios te conceda el tesoro de uno o más amigos.

Los amigos son escasos?; y los podemos contar con los dedos de la mano, que siempre nos sobrarán dedos. Por eso tal vez no tengamos muchos, pero los que tenemos siempre serán suficientes para llenar nuestra alma... Un amigo es como la perla evangélica que, cuando la encontramos, vendemos todo, con tal de poseerla.

Desde la ciudad de Campana (Buenos Aires), recibe un Abrazo, y mi deseo que Dios te bendiga, te sonría y te permita prosperar en todo, y derrame sobre ti Salud, Vida, Paz, Amor, y mucha Prosperidad.

Claudio Valerio

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