Cada fin de semana, especialmente los Domingos, la zona de Otamendi convoca a cientos de personas, quienes con la excusa de tomarse unos mates al costado de la ruta, observan una actividad tan riesgosa como ilícita: picadas.

Decenas de motos “preparadas” se dan cita en el lugar, y recorren tanto la Colectora como la propia Autopista Panamericana a gran velocidad, haciendo alarde no solo de su potencia, sino también de su sonoridad. A su vez, los pilotos más osados se animan a realizar peligrosas acrobacias, como acostarse sobre el asiento de la moto. Algo que no solo pone en riesgo su propia vida, sino que además hace peligrar a posibles ocasionales que transitan por el lugar, y que nada tienen que ven con tan “estúpida” actitud.

Fueron muchos los reclamos (y constantes) ante esta situación. Finalmente, varios móviles de Gendarmería llegaron este Domingo hasta el lugar, intentando poner orden. Varios motociclistas fueron interceptados, otros lograron escapar, y muchos de los que hacían de público se retiraron molestos con la actitud. Los más conscientes, agradecieron el operativo y solicitaron se realice con mayor frecuencia.

Caso contrario, y tal como lo prometieron, las picadas volverán…