Cine local
Claudio Valerio

El pago de las almas
Arte, industria, aparato de propaganda, el cine ha promovido desde su nacimiento mismo una vasta y compleja red de definiciones… ¿Qué es y cómo se hace una película? ¿Cuáles son las características del cine “comercial” y el cine independiente? ¿Qué políticas diseñar respecto del cine, su difusión regional, el apoyo a nuevos realizadores y tendencias?

El espectáculo cinematográfico muestra sucesos excepcionales apartados de la rutina diaria que vive la inmensa mayoría de los espectadores. Le presenta personajes, situaciones y paisajes excitantes para estimular su imaginación, despertar su interés y, finalmente, impulsarlo a concurrir a la sala de cines y pagar su entrada.

Cuando una persona abona el precio de su entrada, penetra en una sala cinematográfica y asiste a la proyección de una película, realiza un acto que, con mayor o menor frecuencia, ha reiterado durante su vida hasta transformarlo en costumbre.

Un espectador cinematográfico sumergido, entre muchos otros, en la oscuridad y con la vista fija en los estímulos luminosos de la pantalla, aislado del mundo exterior y, al mismo tiempo fusionado en
un solo ánimo colectivo junto con los demás espectadores anónimos, será penetrado profundamente por lo que ocurre en la película.

Para la mayoría del público, el cine comercial de largo metraje es TODO el cine. Pero existen otros aspectos de realización cinematográfica que conforma un riquísimo panorama, tanto en sus formas, como en sus objetivos; un caso sería el conocido “cine independiente”. En esta denominación, tal vez un poco arbitraria, se incluyen diversos tipos de cine, muy diferentes entre sí, pero unidos en un factor común que los lleva fuera de los senderos más trillados del cine convencional.

Lo que debe rescatarse de esta breve reseña, es el hecho de que en el cine no todo está dicho y que se abren constantemente nuevas vías para la experimentación, para el testimonio y para la participación.

Daniel Pelayo es director de cine independiente y posee una amplia experiencia tanto en largometrajes. Sus trabajos anteriores, Los Dos Mininos y El último gran Cazador, ya son conocidas; y también ha incursionado como director en varios cortometrajes con la agudeza y claridad que le son habituales.

Para parafrasear a Borges presentamos, en este “alucinado mundito del cine”, el film “El Pago De Las Almas”, una nueva realización hecha con mucho trabajo y esfuerzos coherentes; principios claves que han regido la disciplina más apasionante de estas últimas décadas.