Educación
Lic. Ana Carolina Erregarena

Comentario y análisis de un texto literario: marco teórico y metodología
En líneas generales, mi objeto es tener en consideración los lineamientos del método propuesto por Evaristo Correa Calderón y Fernando Lázaro Carreter en “Cómo se comenta un texto literario” (5ta. Edición Anaya, Salamanca, 1969). Esta actividad áulica está destinada a chicos correspondientes a los primeros años del nivel de enseñanza secundario, en las asignaturas “Prácticas del Lenguaje” y “Literatura”.

El texto que he seleccionado es la escena 3ra., del segundo acto de “Los árboles mueren de pie” de Alejandro Casona. He aquí los pasos y el análisis. Cabe añadir, que en clase se sugiere comentar la relación de algunos puntos del método con los conceptos de superestructura narrativa y macroestructura semántica (ver: Van DijK, “Estructuras y funciones del discurso”, Siglo Veintiuno Editores, Madrid, 1996).

Primero. Lectura atenta del texto.

Es preciso que leamos despacio el texto y comprendamos todas sus palabras (tener un Diccionario, edición en papel o versión digital). Se trata de “entender el texto en su conjunto y en todas y cada una de sus partes”, sin preocuparnos en esta fase por la interpretación. Es una fase previa y preparatoria.

El texto de Alejandro Casona utilizado (Edición Losada) contiene notas de vocabulario (ejemplo: “Rigodón”, “poltrona”) y una interpretación (nota 40) en la que ahora no nos detendremos. ¿Pero no existen otras palabras con significado poco conocido por nosotros? Ej.: “Carillón: juego de campanas que funciona mecánicamente”.

Segundo. Localización.


“Determinar qué lugar ocupa el texto de la obra a la que pertenece”. Es importante tener en cuenta el siguiente principio: “Todas las partes de una obra artística son solidarias” o lo que es lo mismo: “Todas las partes de una obra artística se relacionan entre sí”. Por eso, para comentar con precisión un texto es absolutamente imprescindible tener en cuenta el conjunto a que pertenece, y el lugar que ocupa dentro del conjunto.

En este caso, estamos ante una obra conocida y, por lo tanto, su localización será breve. Se trata del ingreso de Isabel y Mauricio a la casa de la Abuela. Vienen acompañados por Balboa, el esposo de la Abuela, quien había recurrido a la institución de beneficencia que dirige Mauricio en busca de ayuda. Mauricio debe hacerse pasar por el verdadero nieto de los ancianos e Isabel por su esposa (Si fuera la localización de esta escena sin la lectura de la obra del que va a leer el comentario, habría que resumir el problema del nieto tal cual lo expuso Balboa en el primer acto).

Tercero. Determinación del tema.

No debemos confundir el tema con el asunto o argumento, que consiste en contar reducidamente una obra o un pasaje, conservando sus “detalles” más importantes.

Si del asunto quitamos todos los detalles y definimos la intención del autor al escribir el texto, obtenemos el tema, que debe poseer tres rasgos importantes, a saber: “claridad, brevedad y exactitud”. De ordinario, el núcleo fundamental del tema podrá expresarse con una palabra abstracta, rodeada de complementos. Tengamos en cuenta, además, que el tema “no debe poseer elementos superfluos”, pero –al mismo tiempo- “no debe carecer de ningún elemento fundamental”.

Veamos cuál es el tema de la escena 3ra. del acto segundo de “Los árboles mueren de pie”, de Alejandro Casona. Lo resumiría así: “El examen de la casa: acierto y dificultad”.

Cuarto. Determinación de la estructura.

Si se ha expresado un tema, es forzoso que todas las partes que podamos hallar en el texto dado como integrantes del mismo contribuyan a expresar el tema y, por lo tanto, se relacionen entre sí (recuerden lo que dijimos en líneas anteriores acerca de la solidaridad de los elementos). Para esto, llamaremos “apartados (o bloques) a cada una de las partes que podamos descubrir en el texto”. Hay que considerar que el tema suele distribuirse en los apartados, los que se distinguen porque el tema adquiere en cada uno de ellos modulaciones más o menos diversas.

En el texto de Alejandro Casona, el tema se organiza en dos apartados fundamentales (también podrían ser tres y hasta cuatro, pero hay que tener cuidado de no atomizar los textos). El primero es la demostración (“el juego”) de conocimiento de la casa, por parte de Mauricio y, sobre todo, de Isabel, que termina con los sollozos de ésta. El segundo, es la necesidad de superar (otra demostración) la decepción de la abuela ante el poco cariño de los esposos.